De todos los errores que podía haber cometido el festival Rototom, y son muchas cosas las que pueden salir mal en un festival de música, la de censurar a un músico por ser (supuestamente) sionista es de las más estrafalarias, estúpidas y rocambolescas. Y si encima luego te retractas es peor: no sólo haces el ridículo, además demuestras tu falta de solidez ideológica. Si tomas una decisión llévala hasta el final o parecerás idiota.