¿De qué se sorprende la gente con lo del espionaje y las presiones de EEUU para que Europa no cambie sus leyes sobre datos y privacidad?, ¿acaso no hicieron los europeos lo mismo durante siglos?

Resulta bastante ingenua la respuesta del establishment europeo ante la maniobra que denuncia hoy El País. Y sobre todo por el caso del espionaje masivo de la NSA y los anglosajones. ¿Nos aprietan con sus lobbies?, pues sí, pero deben resistirse y hacer valer su voluntad. Un lobby no es más que un corruptor legalizado, pero ante la oferta están los valores y la negativa de un buen legislador. Pero hablamos de la Unión Europea, así que…

¿Qué pasa, es que Francia, Alemania, España o Italia, o Rusia, o China y Japón, no han tenido nunca espías ni le han pinchado el teléfono a nadie? ¿Acaso las viejas potencias europeas no hicieron y deshicieron a su antojo durante 400 años por todo el mundo, sojuzgando pueblos y culturas enteras para su beneficio? ¿Es que nos hemos caído todos del guindo ahora o qué? Sí, sí, qué malos son los yankees… pero que se lo digan a los tibetanos que sufren a China, a los intocables de la India, a los millones de pobres de las favelas brasileñas, o a los gays en Rusia. Qué pronto olvidamos la perspectiva global, ¿eh?

Nos espían, cierto. Y está mal, pero las redes sociales, esa utopía tan publicitada no deja de ser un patio de chismosos del viejo estilo, pero universal. La gente cuelga fotos de sus viajes, en bikini, de su familia, de su casa, de sus posesiones, comparte con millones de personas información… si uno es un exhibicionista no debería sorprenderle que le tengan más que fichado. Facebook, Twitter o Instagram no dejan de ser puertas y ventanas que nosotros mismos abrimos para enseñar el culo, así de claro. Su negocio es ese.

Ronda el rumor desde hace años de que en realidad Facebook nació porque a Zuckerberg le dieron dinero… los de la NSA. Si se fijan es el mejor mecanismo que existe para tenernos a todos controlados, y la propia gente lo alimenta continuamente. Un consejo: si se dan de alta, usen alias, no suban información al muro, eliminen las fotos, quiten la etiqueta que los enlace… o simplemente no se den de alta. Así de claro. Como dijo alguien una vez, “Facebook sólo tiene sentido como publicidad, porque ¿para qué quiero reencontrame con gente que hace años que no veo por motivos obvios…?”. Pues eso.

Comprendemos el cabreo del ciudadano de a pie porque le tengan fichado en internet o por el móvil, pero curiosamente la gente de la calle apenas ha arqueado una ceja. Nos vigilan, cierto, pero el famoso “control financiero” que ejerce el poder cuando usamos una tarjeta de crédito se acaba cuando pagamos en efectivo, o cuando compramos teléfonos de tarjeta prepago sin dar nombre o dando uno falso (se puede hacer, lo hemos visto hacer en directo). Al final es cuestión de usar otra tecnología para evitar que te espíen. De momento Rusia ya ha recuperado las viejas máquinas de escribir cifradas de los tiempos de la Guerra Fría. Y en breve algún listillo usará palomas mensajeras, y si no, al tiempo…

La cuestión de fondo es que EEUU ejerce su poder, y ha demostrado que ni estaba muerto ni de parranda, simplemente se agazapaba ante la pujanza de China, de Brasil, de la India… países que, por cierto, por muchos números económicos que tengan, ya empiezan a dar señales de agotamiento. Igual el cacareado auge asiático es más un espejismo, o simplemente resulta que el siglo XXI no será de nadie, sino de todos. No estaría mal, para variar, que hubiera cierto equilibrio al estilo dentista: el paciente agarra por los genitales al dentista, que tiene un torno en las manos, ya saben, “si tú no me haces daño, yo a ti tampoco”. Funcionó durante mucho tiempo en Europa, ¿por qué no a escala mundial?