Las tradiciones están para subirse sobre ellas y alcanzar el siguiente peldaño de evolución, desde la frivolidad de cambiar el juego más antiguo a toda la estructura de un Estado para poder sobrevivir. 

Sheldon Cooper, que ya es más que un simple personaje, es el modelo de ser asocial y libre por definición. Dotado de una inteligencia superior, su lógica aplastante, el racionalismo absoluto, deja en evidencia todas las convenciones sociales y la incongruencia de la mayor parte de ellas. Es uno de esos “puntos fuera de contexto” que alteran para siempre todo lo que es la realidad. Como los españoles cuando llegaron a América: poco menos que una invasión extraterrestre. Cuando Sheldon decidió cambiar el viejo juego de piedra, papel o tijera incluyó una referencia al SciFi que explica cómo estamos en el filo de una navaja temporal que nos empuja a cambiarlo todo, porque la crisis económica es nuestro “punto fuera de contexto”. Él lo hizo con el juego al añadir esos dos elementos fuera de lugar, el lagarto y Spock, y adaptarlo a su propia realidad, para mejorarla.

Tanto Sheldon como Hernán Cortés son dos formas de darnos cuenta que ni España es ya sostenible ni la mayor parte de lo que se coloca bajo su epígrafe, y eso va desde la educación al sistema económico pasando por las tradiciones culturales. Hemos evolucionado durante 30 años dentro de un cartucho cerrado, emulando a nuestros vecinos ricos, pero ahora ese cartucho se ha roto y hay que enfilar hacia otro lugar. Ese vacío que se da en medio es lo que sentimos ahora: el mundo es una puñetera mierda. Cierto, tenemos ese regusto amargo a bilis, a arcada previa al vómito, pero todo puede cambiarse, todo puede ser para mejor. Hay que añadir nuevos conceptos fuera de contexto en el juego, como el lagarto y Spock, para que todo cambie de verdad. Porque no hay más futuro que el cambio radical desde la raíz, si no, estamos perdidos.

Toda vez que la educación ha sido una vez más destruida por el gobierno de turno, que no se han hecho los cambios necesarios, que incluso se han hecho mal y con retorcidos objetivos sociales para favorecer a unos pocos, no queda más remedio que cambiar por nuestra cuenta, como sociedad civil, dándole la espalda a las instituciones de siempre y al Estado, porque ningún poder nos va a ayudar de verdad. Ningún gobierno va a hacer lo que debe porque siempre hacen lo que les interesa, sea cual sea su ideología. Así que ha llegado la hora de mandar a la mierda todo, evitar la bilis y hacer nuestros cambios por nuestra cuenta. Es la hora de la sociedad civil, no de los gobiernos, partidos, ideologías o instituciones, es nuestra hora, la de Sheldon Cooper y Spock.