Cien años habría cumplido este fin de semana Francis Albert Sinatra, hijo de una familia de italoamericanos cuya existencia iba a ser un buen reflejo del siglo XX americano, lleno de triunfos pero también de lugares bastante siniestros. Un siglo de la voz más famosa y cuyo timbre de voz todavía hoy resuena en las cabezas de los que tararean varias de las canciones que inmortalizó.