Cuesta abajo, sin frenos, a toda vela no corta el mar sino vuela, un bergantín que se creyó transatlántico y en el que todos tienen la culpa del naufragio menos los pobres griegos, que de la noche a la mañana pasan de ser parte del todo a ser un estado-paria endeudado durante generaciones y sometido al mayor castigo económico nunca antes visto desde que Alemania fue arrasada, mutilada, troceada y teledirigida en 1945. Enhorabuena Europa, lo has vuelto a hacer.