Esto no es un análisis de las elecciones del domingo; no merece la pena, ya hay tantos analistas como seleccionadores nacionales, así que mejor no perder el tiempo. Pero sí es una queja y una profecía sobre lo que no necesitamos y lo que seguro que va a ocurrir: nadie será capaz de llegar a un acuerdo, a pesar de que esta situación de ingobernabilidad es justo lo que hace falta para que el país pueda progresar. En la necesidad y el caos nace la situación perfecta para que sean los ciudadanos los que cambien el país. Sólo ellos pueden hacerlo, no sus delegados plenipotenciarios que jamás obedecen.