El mundo se puede dividir de múltiples formas: por dimensiones, por ideologías, religión, actitud ante la vida, género, por algo tan infantil como la nacionalidad… Pero hay una división fundamental, aparentemente inocua o infantil pero que realmente divide a los seres humanos en dos grandes mitades cuando son niños: los que cuando ven a las hormigas las pisan las pisan y los que las observan fascinados. Tiene una explicación sencilla: el punto de vista que tendrá el sujeto en el futuro.