Se llamaba Narendra Dabholkar, era hindú y un valiente por atreverse a poner en solfa la religión, la superstición y la corrupción asociadas ambas a ella; al final, asesinado.
Se llamaba Narendra Dabholkar, era hindú y un valiente por atreverse a poner en solfa la religión, la superstición y la corrupción asociadas ambas a ella; al final, asesinado.
No hay avance científico que no suponga una vibración en los cimientos de una civilización basada todavía en mitos y supersticiones heredadas: la última, la clonación de células madre para curar graves enfermedades.