Resulta irónico y contradictorio que quien chasqueara los dedos para crear todo un nuevo mundo literario y cultural, muy propio de la nueva era que se forjaba a principios del siglo XIX, fuera una mujer. En un tiempo en el que muchos incluso discutían aún si tenían la misma alma que los hombres y que consideraban a las féminas poco menos que vasijas genéticas, Mary Shelley escribió ‘Frankenstein o el moderno Prometeo’ en 1818 y puso en pie una de las mayores creaciones culturales de Occidente, la ciencia-ficción.