En tiempos de crisis, cuando las sociedades y todos sus elementos caminan sobre el filo, es cuando se detecta mejor a los compañeros de viaje y a los que no nos quieren ni un ápice, los que ponen el bien común por delante porque saben que forman parte de él y bregan sin cesar contra las crisis, y los que siempre piensan primero en ellos y luego, si entra en el cálculo interesado, en los demás. Y esto último no sólo lo están haciendo los insolidarios e ignorantes, sino también políticos, que es mucho más grave.