Jesucristo como excusa, como una coartada hipócrita para que mucha gente se sienta mejor sin tener por ello que cambiar su vida y ser realmente lo que aquel hippie antiguo exigía.
Jesucristo como excusa, como una coartada hipócrita para que mucha gente se sienta mejor sin tener por ello que cambiar su vida y ser realmente lo que aquel hippie antiguo exigía.
La Iglesia se resiste a dejar de ser lo que ha sido siempre y la emprende ahora con la festividad más secularizada y popular que uno puede imaginarse: Halloween.