Occidente, esa cosa amorfa, decadente, hipócrita e inmoral que todos parecen odiar o tenerle resquemor, pero que, como el teatro, es un enfermo muy sano.
Occidente, esa cosa amorfa, decadente, hipócrita e inmoral que todos parecen odiar o tenerle resquemor, pero que, como el teatro, es un enfermo muy sano.
Pocos países son más incoherentes y contradictorios que Rusia, quizás con la excepción de España y un puñado más de repúblicas bananeras.