Al común de los mortales no le importa la filosofía. Mucho menos si no le encuentra una utilidad final, porque lo que importa es tener armas, las que sean, para competir y superar al resto.
Al común de los mortales no le importa la filosofía. Mucho menos si no le encuentra una utilidad final, porque lo que importa es tener armas, las que sean, para competir y superar al resto.