El listón moral de 1945 no es el mismo de hoy, probablemente porque en aquel momento la lógica de la guerra y la necesidad de terminar de una vez con el conflicto obligó a tomar decisiones que, de conocerse las consecuencias, no se habrían tomado. El resultado es que el ser humano no aprende ciertas cosas si no es con dolor y sufrimiento. Pero si bien Hiroshima marcó un antes y un después, en Japón muchas cosas no han cambiado, como la obcecación en no contar la verdad de aquella guerra.