Lo tiene todo para parecer un imbécil de nivel, pero al mismo tiempo es el resumen de todo lo malo que puede ser un occidental, la suma de todos los miedos, paranoias, prejuicios, complejos y defectos de la sociedad occidental independientemente de que seas norteamericano, alemán, británico, ruso, francés o español. Porque aquí también hay muchos Donald Trump, pero no tienen ese pelo absurdo ni esa piel de mutante escapado de un laboratorio. Ni son tan astutos como él.